La máquina de no maquinar
octavo manifiesto


A continuación: la ostentación actual del recuerdo de mí (fragmento).


ceronocero para mí no es mejor que otros blogs; tampoco es diferente. Es distinto.

ceronocero no está, puede ser pero no ocurre, puede ser pero no hace, no puede ser.

ceronocero está en un cuerpo rígido, un movimiento sin vida con regularidades. Ocurre así. Haciendo el post más reciente, traza una recta entre su punto más alto y un espejo, y en una región más allá de su reflejo proyecta su actualidad. Cuando vuelva a publicar, el espejo estará who knows where?. Así se traza la hiper-esfera. Es un desarrollo lineal del infinito esférico.

¿Huiremos del concepto con conceptos? ¿Huiremos del cuerpo con el cuerpo? ¿Acaso escaparemos del amor, con amor? ceronocero rechaza los blogs.

ceronocero no se escribe con mayúscula en los titulares, ni en la firma, ni en el registro civil. Ocurre gris, con los ejemplos previos a la ontología. Sobrevivamos o no, ceronocero nos muere distinto.

ceronocero- Atención: no quiero comunicar nada. Tengo memoria. ¿Hola?

Hay tantos dioses como partículas, conjuntos y partes de ellas; dormimos todos juntos, pero cuando se enciende una luz, el tiempo adquiere ritmo.

La última vez que toqué el tambor, mis manos no me tuvieron en cuenta. Alguien dijo que mis manos no estaban separadas de mi cuerpo, entonces las manos murieron para no matarlo, pero podrían haber hecho lo contrario.

La diferencia entre dos sustancias que subyacen, está en el lugar donde cada una elige saltar, ocurre, es la amplitud del salto, la estela de su trayectoria, pero no la trayectoria, no el salto. Todo elige y salta y es noticia en su trayectoria; nosotros no, somos la diferencia, es como todo, hoy escribo ésta guerra.

Porque ya no podemos ver lo que está pasando, nos adherimos a ello, como el boxeador que abraza a su oponente, y cuánto se obtiene y cómo, cuándo y todavía un poco por qué, pero ya no para qué, ya no qué ni dónde ni mucho menos quién. Me vuelvo más vivo con el tiempo, y extraño cada ignorancia perdida. Cuanto más ignorantes, más nos parecemos, hasta el descanso, siempre el mismo descanso, mi balneario, mi cama, o mamá sola, o muerte. A Artigas conviene cuánto con tan poco y a sus partes, qué pronto.

A éste blog lo imponese pensar que mide siete o quince post y que tiene quince o treinta incubándose en los archivos de cada mes, pero cuando ejerce la libertad de su memoria y no cobra con el suyo otros derechos de piso para poder seguir pagando, puede salir alguna cosa buena: gente colgada en un punto brillante de los sentidos, pero dicho con otras palabras, y la visita de una entidad mayor que el conjunto de nosotros, un razonamiento en dirección a la felicidad, una herida vertical entre los átomos, libertad. A veces está bueno de verdad, pero en lo posible, con otras palabras.

Retomando:

al accionar
pudo estarse
"esperaremos"
un acto
llovió
puso distancia
pudo actuar
fijó principios y fines
y medió
volátil
encontró el no estar ajeno
cabalgando
lloramos
y calentó
sin estar de tan ancho
hubo contracciones
sobró materia
¿Dónde?

Soy la pérdida repentina de discernimiento cubierta por modos de discernir.

Todos los blogs somos melancólicos: ambigüedad, arrebatos, vehemencia, dulces trocitos de humanidad rodeados de gula furiosa y anorexia, pero yo soy todo carnívoro o vegetariano, se trata de un reflejo, el regreso al gris.

¿Se entiende?

Queremos mejorar el gusto.

Soy una capa en la sucesión infinita de lo que se contiene a si mismo, me produzco al reproducirme, mi tiempo es abierto.

cero-no-cero

Una cosa, no la cosa, una cosa, no la cosa...

o bien

ser o no ser o,


el navegante...



Federico Valfré, (Liberación)

Hay un surco entre la rareza y la incomprensión. Por lo que el declive de las circunstancias se dan en un recital a campo abierto sin espectadores. De esa noche resalto el descansar y las migas del gorrito. Que quizás alguien le dijo jorgito pero la verdad es que los roles están intercambiados. Ya nadie puede suponer dónde o cómo vamos a llegar. En esta tierra de junglas y desiertos donde la escasez de agua se vierte en una estación de nafta.



Federico Valfré se inspiró en ceronocero para realizar ésta breve obra, de la que se ha transcripto un fragmento y capturado una imagen. Para descargar toda la obra, click aquí. Por su causa ceronocero se encuentra aún perplejo y asombrado. Federico también es autor de la pieza digital El libro discontinuo.