Uno
(en el blog Lo que dura este olvido)
Dos
Me acerco a la bodega del ventilador
allí se está mas tibio.
Me da calor de su boca la desintegración del pulmón mirando al cielo.
He tenido que observarles, llegar a la tierra para no bajar,
seguir en el tránsito como un huevo que se rompe y es hervido, no empollado.
Entonces: soy esas luces que titilan pero una erupción las apaga,
el destino de los ómnibus cambiante al momento en que se clarifica.
Mi boda será una tala de árboles masiva,
y si se me rompe un diente saldrá otro,
ningún árbol en pie cuando decida rodar mi tierra.
Tres
Cruzo el río como un llanto partiendo una sala de espera,
mi noble amigo me llama. Te ayudaré.
Volveremos a reírnos viendo justo el pasado.
Él, con su herramienta,
yo con la mía,
hacemos tiempo y nos amamos sin dejarnos de ver.
Siempre estuviste en el medio de mi pecho,
aunque no contaras visitarme en mi socorro.
Yo estaré en el tuyo,
apreciando la armadura y errando.
Manuel Barrios, Poemas de juventud
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1 comentario:
muy buenos!
no llego a tanto. mi poesía es tan elementaaaaal.
en fin, soy de esas poetas que nunca serán buenas. una más que escribe (como puede)
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